Por: Daisy Magaña
El lunes, 22 de noviembre del 2010 era un día lluvioso y nublado de otoño en el suburbio de Cicero en Chicago. Kevin Anthony Sanders iba a tirar la basura al callejón trasero de su casa cuando fue herido fatalmente. Aún vistiendo su uniforme escolar quedó tirado en el callejón, mientras los vecinos llamaban a la policía y pedían una ambulancia. Desafortunadamente, a las 5:04 p.m., otro adolescente había caído víctima de la violencia juvenil.
El 9 de agosto habría sido el cumpleaños No. 16 de Anthony y Rosa Sanders, su madre, en vez de celebrar otro año de su vida, se encuentra cooperando con Crime Stoppers del Condado de Cook, en un esfuerzo por resolver este caso. Se ha organizado una vigilia para el 13 de agosto, de 12 a 1 p.m. en la intersección de la Calle 16 y 55th Court.
Aún cuando se ha ofrecido una recompensa por cualquier información que conduzca al arresto del responsable de la muerte de Anthony, nadie ha dicho una palabra. Sin palabras, una frustrada Ms. Sanders simplemente dice que piensa que podría haberse hecho más. Es la peor pesadilla de una madre, llegar a tu casa y encontrar una multitud y luces intermitentes frente a ella”, dijo Ms. Sanders.
Describió a su hijo como un joven bromista, siempre jugando y riendo. Su carisma hacía que las muchachas lo buscaran. Era muy popular en la escuela y lo que ocurrió fue imperdonable.
La policía aún no tiene sospechosos después de ocho meses de investigaciones y la única pista que tienen fue capturada por una cámara del departamento de bomberos cercano, una camioneta roja de la cual no se pudo obtener la placa. La comunidad circunvecina necesita mejorar el sistema de vigilancia, porque en años recientes ha habido un aumento de violencia entre los adolescentes, de la cual sus padres, quienes han vivido ahí más de 30 años, pueden atestiguar. El padre de Ms. Sanders ha tratado de consolar a la familia. Ella dice que su filosofía es “estas cosas suceden donde quiera – No solo a Kevin”.