Por: Carlos Acevedo
En algún punto de nuestra vida, la mayoría de nosotros ha oído sobre como nuestros ancestros lucharon para tener algunos de los lujos que hoy disfrutamos y como dependíamos de ellos. Pero ¿ha usted pensado por qué se luchaba a nivel local? Por ejemplo, mucha gente vive en Pilsen y otros ha pasado o asistido a la Secundaria Benito Juárez, pero no muchos conocen la historia tras la comunidad, la escuela y el mural.
¿Porqué lucharon nuestros ancestros en la comunidad de Pilsen? La comunidad mexicana luchó por no tener una secundaria cercana a donde enviar a sus hijos. La comunidad quería una secundaria en Pilsen para que los niños de la localidad no tuvieran que ir a otros barrios y experimentar la violencia de las pandillas. Nuestros ancestros lucharon por una nueva secundaria en Pilsen y más tarde comisionaron un mural para representar las luchas experimentadas por los adolescentes y los adultos de la comunidad.
Secundaria Benito Juárez
La Secundaria Benito Juárez fue construída a mediados de la década de los 70s, las familias de Pilsen tenían que enviar a sus hijos a la Secundaria Harrison, al extremo oeste de la Secundaria Tilden en Back of the Yards. Debido a las muchas diferentes pandillas, era una lucha para los niños llegar a la escuela, sobrevivir y regresar a casa a salvo.
“El sistema escolar se opuso a la construcción de una nueva secundaria en Pilsen, por lo que básicamente la lucha fue larga y difícil y fue un triunfo cuando finalmente se cerró la Blue Island para contruir la Secuindaria Benito Juárez”, dijo Len Domínguez, propietario de Carlos y Domínguez Fine Arts Gallery. Domínguez, ex director de la Benito Juárez, desempeñó un gran papel en el cambio positivo que ocurrió. Una vez que fue construida la escuela, la meta de Domínguez fue hacer la mejor secundaria posible. No veía porqué los mejores niños y los más inteligentes, tenían que salir del barrio para ir a una escuela mejor a otro lado, pero también encontró resistencia a sus planes. Domínguez dijo que tuvo algunas batallas con un grupo de activistas que se oponían a su decisión de añadir el chino al plan de estudios de la escuela.
“Decían, ¿Para que quieren el chino? Nuestros niños apenas hablan inglés.. y mi respuesta era, “Eso es exactamente el problema, desestiman a los niños, piensan que no pueden hacerlo y ellos creen que no pueden…. Pero yo se que pueden lograrlo’. Tienes que retarlos y darles un buen plan de estudios. En el año 2000 les dije, dentro de diez años, cualquiera que tenga un diploma en su mano y hable inglés, español y chino, podrá viajar por el mundo y álguien lo patrocinará… y por supuesto, es verdad ahora”, dijo Domínguez.
El Mural
Algunas de las madres que lucharon por que se construyera la Secundaria Benito Juárez crearon un panel y sostuvieron una competencia para un mural profesionalmente comisionado. Varios artistas sometieron diseños y se llegó a un acuerdo entre ellos, que no importa quien ganara el concurso, todos los artistas iban a trabajar juntos en el mural. En 1979, los artistas Jimmy Longoria, Oscar Moya, Marcos Raya, Robert Valadez y Salvador Vega trabajaron el verano en la Esperanza, un gran mural que representa la lucha y aspiraciones de los jóvenes mexicanos y sus familias.
El Artista Oscar Moya dijo que recuerda como se establecieron las alianzas con las pandillas locales para que no pintaran sobre el mural. “Era su territorio y tuvimos que pedir permiso y algunos de ellos inclusive ayudaron a pintar. En lo que respecta a la construcción de la Secundaria Benito Juárez, el no tener que ir a la escuela a otra parte ayudó a los adolescentes, a la comunidad y a sus vidas”, dijo Moya.
El artista, Roberto Valadez, dijo que ayudar en este mural lo lanzó a su carrera como artista. “Fue la primera vez que me dejaron pintar algo. Solo era un niño tratando de ayudar, limpiando las brochas y me dejaban pintar aquí y allá. Tuve un impulso creativo y aprendí a dibujar”, dijo Valadez. “El movimiento del mural fue un movimiento muy fuerte. Fue algo de identidad; nacido y criado aquí no se tiene mucha información de lo que significa ser mexicano. Hay mucha gente que no se da cuenta lo difícil que fue para quienes nacimos aquí. Cuando era un niño en la escuela elemental, no podía hablar español. Era como un insulto que no pudieramos hablar nuestro español. No estaba bien. Nos insultaban y nos preguntaban si eramos estúpidos, nos hacían sentir muy mal. Las cosas han cambiado mucho, ahora el español se escucha donde quiera”, dice Salvador Vega.
Moya, Valadez, Domínguez y Vega recuerdan como cambiaba la comunidad de Pilsen. Había renovación urbana, la gente salía y era expulsada del barrio y un pequeño grupo rápidamente compraba bienes raíces, el cambio ocurría rápidamente. Moya dice que recuerda que Casa Aztlán, junto con muchas otras organizaciones y artistas ayudaron a la comunidad mexicana a comprar su parte de bienes raíces para evitar ser expulsado del barrio. La comunidad luchaba también batallas políticas. “Fue una lucha hacer que hubiera un primer concejal mexicano en Pilsen, porque tenían a la “vieja guardia” que controlaba esta área, lo mismo ocurría en La Villita. Los políticos tienden a mantener los antiguos votantes que quieren controlar todo”, dijo Domínguez.
Reunión de 30 Años de Muralistas de la Benito Juárez
Si está interesado en conocer al artista o saber más sobre su experiencia, pase el viernes, 9 de septiembre, entre las 7 y las 10 p.m., a Carlos & Domínguez Fine Arts Gallery, 1538 W. Cullerton St. Este evento es gratis y abierto al público.