Por: Ashmar Mandou
Nacido para el éxito culinario, el mexicano Ambrosio González abrió recientemente su segundo restaurante, La Catedral Café y Restaurant, en un barrio tranquilo y residencial de la Villita. “La segunda vez que me siento mejor”, rió González. Su primer intento de tener un restaurante duró poco, ya que González tuvo que atender un asunto de familia. “Era algo que tenía que hacer. La ironía es que tuvimos que cerrar justo cuando habíamos comenzado a tener éxito”, dijo González, pero González nunca perdió la esperanza de ganarse la vida con su pasión preferida.
Cuando adolescente, González aprendió el funcionamiento interno de un restaurante observando a sus padres trabajar en su restaurante estilo familiar, por varios años. “Era muy lindo. Mis padres despertaban muy temprano en la mañana y no llegaban a la casa sino hasta la noche. Pero el ayudarles me ayudó a estar alejado de las calles”, dijo González. Cuando emigró a Chicago a la edad de 17 años, González trajo consigo la ética de trabajo que sus padres inculcaron en él, determinación y visión, sin mencionar varias recetas de familia. “Tengo que decir que tenemos las mejores enchiladas de la ciudad”, ríe González.
Ahora, cuando tiene su segunda oportunidad, González se muestra ansioso de complacer a sus clientes con un ecléctico menú, para todos los paladares, que va desde los platillos mexicanos tradicionales como los Chilaquiles y las Enchiladas, a platillos estilo europeo, como las crèpas y los paninis. “Quise mantener la mayoría de platillos populares, pero también ofrecer opciones saludables. Eso es algo que no se ve mucho”, dijo González. La Catedral Café y Restaurant ofrece a sus clientes una variedad de deliciosas opciones, desde los jugos naturales y smoothies, a varios tipos de ensaladas. Los chicaguenses pueden disfrutar de una gran comida a un precio accesible, presume González. Si desea visitar La Catedral Café y Restaurant, vaya al 2500 S. Christiana Ave., o llame al 773-823-7546. “Solo quiero que la gente venga y disfrute verdaderamente una buena comida. Es mi meta principal.