La adolescencia es difícil siempre. Es doblemente tensional para los jovencitos de hoy; experimentan las mismas preocupaciones e inseguridades que los adultos por la difícil economía y tienen muy poca destreza para enfrentarla. Para las familias que luchan con el desempleo y el embargo y la creciente competencia para la admisión al colegio y los temores normales asociados con la edad adulta, los adolescentes son particularmente más vulnerables. ¿Cómo podemos saber cuando las típicas características de los adolescentes, como cambios de humor, van más allá de lo “normal”? A continuación unos consejos sobre como reconocer estos síntomas.
- Discutir es normal; una ira constante no. Algunas veces los adolescentes discuten solo por discutir. Esto les permite desahogarse, exprresar sus quejas sobre la vida en general y lo que les rodea. Una actuación dramática ocasional está bien. Pero no es normal que un adolescente se muestre enojado y hostil todo el tiempo, peleando y gritando constantemente.
- Separarse de los padres es normal; retirarse de la familia y los amigos no. Usted debe esperar que su hijo/a adolescente empiece a separarse de usted – a menos que quiera algo – y ocasionalmente de sus amigos, también. Algunas veces, solo necesitan retirarse unos pocos días, inclusive de sus amigos. Pero cuando se aislan por semanas, pasando un fin de semana tras otro en su cuarto, pueden estar luchando con una depresión. La socialización con los amigos es una de las primeras cosas que se pierden, ya que la depresión quita el gusto por la vida.
- La ansiedad en normal; sentirse constantemente abrumado no. Los adolescentes tienen muchas cosas por las que sentirse ansiosos – el prospecto de la independencia es a la vez exhilarante y aterradora, por lo que debe esperarse alguna preocupación. Pero un adolescente que parece estar, o dice estar luchando constantemente, todos los días con el estrés, necesita ayuda. Dos tipos de jóvenes son especialmente vulnerables a desarrollar una ansiedad generalizada, un elevado y constante estado de ansiedad: Los perfeccionistas que llenan su programa con actividades, responsabilidades y tareas y los jóvenes que se preocupan demasiado por todo y no pueden terminar nada.
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