Por: Ashmar Mandou
Durante los últimos seis años, Elizabeth Dominick, comisionada del Departamento de Salud de Cicero, ha dedicado su tiempo a mejorar la salud de los residentes del lugar; un trabajo que, de acuerdo a Elizabeth, la deja intranquila. “Mi mente está pensando constantemente en que más puedo hacer por Cicero”, dice Elizabeth. “Quiero traer los mejores programas y servicios. Quiero estar segura de que continuamos considerando la salud una prioridad”.
Como esposa del Presidente del Municipio, Larry Dominick, Elizabeth asegura que no se mantiene a la sombra de su esposo. Desde temprana edad, Elizabeth pensó que su deber era ayudar al prójimo y representar a su país de la mejor manera. “Mi madre es de México y mi padre de España y por lo tanto siempre hubo este sentimiento de patriotismo en mi familia”, dijo Elizabeth. Inicialmente, el plan de Elizabeth era representar a su país participando en los juegos Olímpicos, pero un accidente de auto puso fin a sus sueños. “Fue una temporada triste para mi. Deseaba tanto unirme a los juegos Olímpicos y ser parte de un equipo de carreras. Practicaba todos los días, participaba en cuanta competencia podía”. En su lugar, Elizabeth optó por su siguiente deseo. Con la bendición de sus padres, Elizabeth se unió al ejército como enfermera de trauma. “El haber experimentado un episodio traumático tan joven en mi vida me hizo darme cuenta de lo importantes que son las personas que atienden a los enfermos. Desde ese momento surgió en mi vida la misión de ayudar a quienes lo necesitan”, dijo Elizabeth. Sirviendo dos turnos en Irak y Afganistán, Elizabeth encontró verdaderamente el llamado de su vida. “Disfruté cada momento que estuve con las tropas. Había días más difíciles que otros, pero aprendí mucho”.
Cuando Elizabeth se alejó del ejército para concentrarse en su vida personal, recibió la llamada de Larry para unirse al departamento de salud de Cicero. “Al principio dudaba, porque pensé que era una posición de escritorio”, dijo. “Acababa de regresar de una de mis visitas al Medio Este y no quería trabajar todavía”. Sin embargo, después de un poco de convencimiento, Elizabeth decidió probar para ver que pasaba. “Definitivamente fue difícil al principio”, ríe Elizabeth. “Empezamos en el antiguo edificio de oficinas, con solo un cuarto para el departamento de salud, que teníamos que compartir con otro departamento. Por lo tanto tuve que luchar por más espacio, más fondos y más recursos, para poder ayudar mejor a los miembros de la comunidad”.
De una clínica médica de un cuarto, Dominick y su administración se cambiaron a su propio centro en el nuevo edificio del Ayuntamiento de Cicero, mismo que tiene siete salas para examen de la vista, un departamento de trabajo social y un área de juego para los niños. “Esa fue mi meta principal desde que empecé”, dijo Elizabeth. “Es asombroso ver como hemos crecido en los últimos seis años y espero continuar ofreciendo más recursos a la gente de Cicero”. Si desea saber más sobre el Departamento de Salud de Cicero, visite www.thetownofcicero.com.