Los niños que viven en la pobreza con problemas de salud mental pueden adoptar una actitud negativa y quedar marginados por la sociedad, de acuerdo a un becario de educación de la Universidad DePaul.
“Nuestra sociedad continúa promoviendo un fuerte estigma negativo sobre las necesidades económicas y los problemas de salud mental que les rodea”, dijo Erin Mason, profesor asistente de servicios humanos y consejería del Colegio de Educación de DePaul.
“Para el niño que experimenta ambos problemas, este es un duro golpe y puede impactar considerablemente su sentido de autovalía y pertenencia, especialmente si se comparan con niños que no experimentan ninguno de estos problemas”, dijo.
Adicionalmente, la falta de acceso a servicios de cuidado de salud mental de calidad, específicamente para niños, es uno de los mayores obstáculos para quienes viven en la pobreza, dijo Mason, exconsejero de escuela media y presidente de la Asociación de Consejería Escolar de Illinois.
Mason será parte de un panel de practicantes de educación, quienes discutirán las interconexiones entre la pobreza y el bienestar social y emocional de los niños, en un foro del Colegio de Educación de DePaul del 2 de mayo, titulado “Niños en Peligro: El Impacto de la Pobreza en la Salud Mental de los Niños”.
Otros panelistas incluyen a Gregory Jones, director de la Secundaria Kenwood; Shelby T. Wyatt, consejera escolar de la Secundaria Kenwood; Patricia Rivera, ex trabajadora social escolar elemental y administradora de programas para estudiantes sin hogar, de las Escuelas Públicas de Chicago; y Lissette Guzmán, consejera del Concilio de Vecinos de Brighton Park.
El foro es de 5:30 a 7:30 p.m. en el Salón 314 del Centro Estudiantil DePaul, 2250 N. Sheffield Ave., Chicago.