Las parejas deben tener mucho que decirse uno al otro, pero las investigaciones dicen que la comunicación es uno de los temas con el que más se lucha. Parte del problema puede ser que esa comunicación es una calle de dos vías, requiriendo que ambas partes lo hagan bien. Para las parejas, dice, la comunicación es como el oxígeno. La relación debe mantenerse viva. Cuando hay comunicación hay pocas cosas por que pelear y estrategias efectivas que emplear.
Ser pasivo-agresivo. Algunas personas dejar salir sus sentimientos en vez de hablarlos. A eso se le llama ser pasivo-agresivo y como estrategia para la relación está catalogada la última. Usted dice una cosa y hace otra, o lo que es peor, no dice nada pero gira los ojos o suspira dramáticamente. Esto comunica juicio y enojo, lo que es una falta de respeto para su pareja. La gente usualmente actúa en forma pasiva-agresiva porque el discutir sus pensamientos, sentimientos y opiniones los hace sentir incómodos o les parece riesgoso. Los hábitos pasivo-agresivo provocan distancia entre las parejas, por lo que es absolutamente necesario reemplazarlos con estrategias de comunicación más saludables, para restaurar la conexión.
Asumir que su pareja es adivina. Algunos esposos no comunican sus necesidades o deseos porque esperan que su pareja los conozca de alguna manera. Esperar que su pareja sepa intuitivamente lo que usted quiere, sin decirlo, puede hacer que su pareja falle. Ninguno de nosotros lee la mente. Es mucho más efectivo y mucho más probable que la gente tenga lo que desea, cuando aprende a compartir directamente lo que piensa.
Inspeccionar. La comunicación muchas veces se convierte en una acalorada discusión sobre la última crisis de la familia o provoca la resurrección de viejas peleas. Pero la comunicación debe ser una forma de terminar problemas, en vez de causarlos y puede lograrlo si se dan los pasos correctos.
Atienda lo más importante. Además de cosas pequeñas de la vida diaria, las parejas deben programar sesiones semanales para discutir temas más importantes. Esto puede incluir metas financieras, temas de trabajo o preocupaciones de los padres. Algunas parejas funcionan mejor si la agenda se hace con tiempo. Si es necesario, utilice un reloj para garantizar que cada uno habla el mismo tiempo. Las parejas pueden también utilizar una cuchara o un libro que se pasa uno al otro para indicar a quien le toca hablar. Las parejas están más dispuestas a entablar una conversación si saben que tienen la oportunidad de ser escuchados.