Por: Ashmar Mandou
Tener un espíritu aventurero es una ventaja invaluable para la Oficial de Policía de Chicago Lourdes Nieto. Desde haberse unido al Departamento de Policía de Chicago, hace 13 años, debido a su insaciable necesidad de ayudar a otros a liderear talleres de tráfico humano, destinados a educar y con suerte erradicar la epidemia, la inflexible pasión de Nieto por impactar en forma positiva a su comunidad, brilla por si sola.
“Un amigo con quien fui a la escuela me recordó recientemente que en el octavo grado quería ser monja”, ríe Nieto, quien asistió a St. Procopio en Pilsen. “Sin embargo, no era tanto que quisiera convertirme en monja, sino que se me estaba despertando el interés sobre el trabajo que hacían por la comunidad. Era el aspecto voluntario. Fui a viajes de misiones. Me ofrecía mucho como voluntaria”. Tanto que Nieto fervientemente pensó en unirse a Peace Corps después de la secundaria, cosa que su padre no aprobó. “Mi padre es un mexicano de la vieja escuela [ríe], quería que continuara mi educación”.
Sin embargo, el deseo de ayudar a otros nunca abandonó a Nieto y pensó llenar una solicitud para la Academia de Policía de Chicago. “Crecí en Pilsen en un momento en que la relación entre los oficiales de policía y los residentes no era buena. Por lo que crecí en un conflicto”, dice Nieto. Pero Nieto decidió cambiar la percepción que la comunidad tenía de un oficial de policía de Chicago. “De vez en cuando he tenido momentos con los residentes, pero la mayor parte del tiempo me encanta lo que hago”, dice Nieto. “Me encanta estar en la comunidad hablando a la gente. Me encanta la interacción. Me encanta educar a la comunidad”. No mucho tiempo después, Nieto comenzó a desarrollar un taller de tráfico humano gracias en gran parte a su madre. “Repartía volantes a los propietarios del comercio local y pasaba dos horas hablando con ellos sobre lo que es el tráfico humano, los síntomas que hay que observar…. Estos comerciante no tenían idea”, dice Nieto. “Hablé con mi madre sobre ello y me sugirió que presentara seminarios a un público más grande. Pensé que era muy buena idea porque ya tenía una afiliación con la Biblioteca Rudy Lozano y decidí presentar los seminarios ahí”. Dos veces al mes, Nieto presenta talleres sobre el tráfico humano en la Biblioteca Lozano, así como en la Academia de Policía de Chicago, en un esfuerzo por combatir el problema. “Uno se vuelve eficiente cuando descubre que es lo que más te apasiona y yo estoy apasionada con detener el tráfico humano, dice Nieto. Hay veces en las que pienso que me estoy poniendo en peligro, especialmente porque tengo una hija, pero pienso en esas víctimas y por lo que han pasado y eso me hace continuar con mis esfuerzos.