Como un país, donde el 46.5 por ciento de niños de 5 años son víctimas de malnutrición, Guatemala enfrenta el reto de eliminar una de las mayores amenazas en su futuro, una lucha que requerirá un poderoso aliado – el sector privado. Si el gobierno y el sector privado “trabajan juntos, pueden cambiar completamente el panorama de malnutrición” en Guatemala, dijo la Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF, Agnes Chan, en una reciente visita al país. En las áreas indígenas del país, del 65 al 70 por ciento de los niños sufren de malnutrición, con una proporción mayor en lugares como la provincia de Huehuetenango, donde se eleva al 90 por ciento. De hecho, cerca del 60 por ciento de la malnutrición en Guatemala – 600,000 niños – están concentrados en cuatro provincia de Alta Verapaz, Huehuetenango, Quiche y Chiquimula.
“Este es un país rico en recursos”, dijo Chan, Siendo ese el caso, si el sector privado y el gobierno trabajan juntos, mientras hacen uso de la experiencia de organizaciones como UNICEF, “tal vez en un período de cuatro a 10 años, la malnutrición pueda reducirse en un 25 por ciento”, dijo Chan, con la confianza de álguien que cree que los sueños pueden hacerse realidad. Pero lo que realmente debemos combatir es la pobreza, “la lucha diaria para llevar comida a la mesa” que hace que muchos padres saquen a sus hijos de la escuela y los pongan a trabajar”. Entre la malnutrición y el trabajo infantil, dice Chan, hay una causa común: “la pobreza”.