Los niños se deciden más pronto a comer comida “sabrosa” y los centros de recompensa de sus cerebros se encienden cuando ven comerciales de comida en la televisión, a diferencia de los comerciales que no son de comida, descubre un pequeño estudio. “Nuestro trabajo anterior mostró que los centros de recompensa del cerebro ‘se encienden’ en respuesta a una comida familiar y logos no alimenticios”, dijo la autora Amanda Bruce de la Universidad de Kansas Medical Center en Kansas City. “Lo que este estudio agrega es que ahora nos consta que las decisiones de los niños se basan más en el sabor (menos en lo saludable) después de ver un comercial de comida”. Los niños toman decisiones más rápidas y tal vez más impulsivamente, después de ver un comercial de comida, dijo Bruce a Reuters Health en un correo electrónico.

Los investigadores estudiaron a 23 niños de 8 a 14 años, quienes calificaron en sabor y salud a más de 60 artículos alimenticios. Después, los niños escogen “comer” o “no comer” cada uno de ellos. – sin que realmente los coman – mientras se someten a una imagen de resonancia magnética (MRI) de exploraciones del cerebro. Las exploraciones miden los cambios en el torrente sanguíneo dentro del cerebro, que se piensa refleja la actividad de las células cerebrales. Mientras los niños toman la decisión, se les muestran periódicamente TV comerciales, algunos de comida rápida como Applebee’s o MacDonald’s y algunos de negocios que no son de comida, como Allstate Insurance y Comcast. Cada juego de comerciales fue seguido de un grupo de 10 alternativas alimenticias. En general, los niños no escogieron las comidas en base a su salud, sino en base a su sabor. Pero después de ver un comercial de comida, el sabor parecía aún más importante para ellos, y hacían la decisión más rápida. El área del cerebro involucrada en la valuación de la recompensa, la corteza prefrontal ventromedia, estaba más activa durante la decisión de comida después de ver comerciales relacionados con ella que en los comerciales no alimenticios, reportan los investigadores en Journal of Pediatrics. La propaganda de comida está diseñada a afectar las decisiones del consumidor, dijo Bruce. “Lo que necesitamos considerar, sin embargo, es si es ético utilizar estas estrategias en los consumidores infantiles, ya que puede ser una desventaja para ellos cuando se trate de tomar una decisión saludable”, dijo.