Un régimen de caminata, de moderado a intenso, puede reducir síntomas de problemas cognitivos ligeros vinculados a la mala salud de los vasos sanguíneos del cerebro, sugiere un pequeño estudio. Los participantes, con deterioro cognitivo vascular, llamado algunas veces demencia vascular, que caminan tres horas por semana, por seis meses, reportaron mejoría en el tiempo de reacción y otros síntomas de mejoría en la función cerebral, reporta equipo canadiense de British Journal of Sports Medicine. El deterioro cognitivo vascular, o VCI, se refiere a un daño ligero en la forma de pensar o una demencia avanzada debida al mismo daño de los vasos sanguíneos vistos en enfermedades cardíacas en cualquier otra parte del cuerpo. Es la causa más común de demencia después de la enfermedad de Alzheimer’s. “Está bien establecido que ejercicios aeróbicos regulares mejoran la salud cardiovascular y la salud cerebrovascular”, dijo la autora del estudio, Teresa Liu-Ambrose a Reuters Health en un e-mail.
“Más específicamente, reduce el riesgo de desarrollar condiciones crónicas, como presión arterial alta, diabetes (tipo II) y alto colesterol. Estas condiciones crónicas tienen un impacto negativo en el cerebro – probablemente por el mal flujo sanguíneo al mismo”, dijo Liu-Ambrose, investigadora del Laboratorio de Neurociencia sobre Edad, Movilidad y Cognetividad de la Universidad de British Columbia en Vancoucer. El cerebro es un órgano altamente metabólico y para mantenerlo saludable requiere un buen flujo de torrente sanguíneo, que lleve los nutrientes y el oxígeno necesario a sus tejidos, agregó. Vale la pena notar, que en nuestro estudio, una menor presión sanguínea (secundaria al ejercicio) estuvo asociada con la mejoría de la función cognitiva”, dijo Liu-Ambrose. Los ejercicios aeróbicos pueden también beneficiar el cerebro aumentando los factores de crecimieinto, cuyas substancias son producidas por el cuerpo y promueven el crecimiento de células, diferenciación y supervivencia, dijo. El estudio fue pequeño y como los participantes tenían que poder caminar por hasta una hora, es posible que estuvieran físicamente más saludables que el promedio, hace notar la autora. La socialización involucrada con las clases de caminata pudieron también tener algún efecto positivo, agregó.