Hasta dieciseis semanas de ayunos intermitentes, sin de otra manera tener que contar las calorías, ayudan a combatir la obesidad y otros desórdenes metabólicos. Tales ayunos muestran ya beneficios después de solo seis semanas. Esto es de acuerdo a un estudio de Kyoung-Han Kim y Yun Hye Kim en el diario Cell Research publicado por Springer Nature. Los ayunos intermitentes en los ratones les ayudaron a poner en marcha el metabolismo y quemar grasa, generando calor corporal. Investigaciones han mostrado que nuestros hábitos insalubres de comer y un estilo de vida sedentario están jugando un importante papel en el desarrollo de enfermedades metabólicas relacionadas con el estilo de vida, como la diabetes, las enfermedades cardíacas y la obesidad. Por esta razón, intervenciones dietéticas, como los ayunos intermitentes, están ganando popularidad para tratar condiciones como la obesidad.
El equipo de investigación de este estudio quiso entender mejor las reacciones que intervenciones como un ayuno provocan a nivel molecular en el cuerpo. Expusieron a grupos de ratones a dieciseis semanas de ayunos intermitentes. El régimen recurrente vio que los animales fueran alimentados por dos días, seguido por un día sin comer nada. Su ingestión de calorías no se ajustaba de otra manera. Cuatro meses más tarde los ratones del grupo de ayuno pesaban menos que los que estaban en el grupo de control que continuaron comiendo la misma cantidad de comida. El peso más bajo del cuerpo de los ratones en el grupo de ayuno no fue el único efecto. El régimen de ayunos ayudó a bajar la grasa acumulada en la grasa blanca aumentando la grasa oscura (causante de quemar energía y producir calor corporal) de los ratones en la dieta alta en grasa. Sus sistemas de glucosa e insulina también permanecieron más estables. En un experimento posterior, se vieron beneficios similares después de solo seis semanas de ayunos intermitentes.