¿Por qué bebes un café amargo o una cerveza de lúpulo mientras tus compañeros de trabajo disfrutan una coca-cola? La científica Marilyn Cornelis investigó las variaciones en nuestros genes del gusto que podrían explicar nuestra preferencia por las bebidas, porque entender estas preferencias podría indicar la forma de intervenir en la dieta de las personas. Para sorpresa de Cornelis, su nuevo estudio de Mediciona de la Northwestern mostró que la preferencia del gusto amargo al dulce no está basado en nuestros genes del gusto, sino en genes relacionados con propiedades psicoactivas de estas bebidas. “La genética subraya que nuestras preferencias están relacionadas a componentes psicoactivos de estas bebidas”, dijo Cornelis, profesor asistente de medicina preventiva de Feinberg School of Medicina de la Unviersidad Northwestern. “La gente le gusta la forma en que el café y el alcohol les hace sentir. Por eso lo tomamos. No es por el gusto”. Cornelis encontró una variante en un gene, llamado FTO, vinculado a las bebidas endulzadas con azúcar. La gente que tenía una variante en el gene FTO – el mismo variante previamente relacionado a menor riesgo de obesidad – sorprendentemente preferían la bebidas azucaradas. “Es contraintuitivo”, dijo Cornelis, “FTO ha sido como un gene misterio, y no sabemos exactamente como está vinculado a la obesidad. Probablemente juega un papel en el comportamiento, que estaría vinculado al control del peso. “Para nuestro conocimiento, este es el primer estudio de asociación de genoma completo del consumo de bebida en base a la perspectiva del gusto”, dijo Victor Zhong, autor del primer estudio y compañero postdoctoral en medicina preventiva en la Northwestern. “También es el estudio de la asociación de genoma completo del estudio del consumo de bebidas a la fecha”. AlanKuan es también un autor en el documento de la Northwestern.