Por Ashmar Mandou
El activista César Chávez dijo una vez, “no podemos buscar logros para nosotros y olvidarnos del progreso y prosperidad de nuestra comunidad… nuestra ambición debe ser lo suficientemente amplia para incluir las aspiraciones y necesiddes de los otros, por su bien y por el nuestro”. Chávez dedicó su vida a mejorar las condiciones de trabajo de los trabajadores de Estados Unidos, inspirando a muchos a crear cambios dentro de sus propias comunidades, incluyendo uno de los héroes desconocidos de Chicago, August “Augie” Sallas, quien pasó más de 30 años de su vida desarrollando programas para los residentes subrepresentados de La Villita. “Tuve el privilegio de conocer a César Chávez. Chávez fue verdaderamente una inspiración que galvanizó a una comunidad para trabajar juntos para lograr un mejor trato a los trabajadores latinos”, dijo Sallas con su ronca voz.”Su dedicación y pasión por su comunidad me inspiró, me motivó a hacer algo para el lugar que yo llamo hogar”.
Nacido en 1935 en el Sector Sur de Chicago, de padres inmigrantes mexicanos, Sallas pasó la mayoría de sus primeros años en el Lado Norte de Chicago Angel Guardian Orphanage (AGO), junto con su hermano mayor, cuando ambos padres murieron de tuberculosis. A la edad de 13 años, Sallas y su hermano fueron adoptados por tu tío, Eddie Maydon. “Aprendí mucho viviendo en ese orfanato”, dijo Sallas. “Aprendí como los niños se enfrentan a las penas, aprendí sobre la naturaleza humana, aprendí la importancia de establecer un sentido de comunidad”. Habiendo llevado una vida difícil en sus primeros años, Sallas se enfocó en que su educación creciera dentro de las filas del Sindicato Tipográfico No. 16 de Chicago, y finalmente se desempeñó como presidente de la organización donde medió y puso fin a la huelga de tres años de los impresores, con el Chicago Tribune.
Después de su carrera como impresor, Sallas se convirtió en servidor público, trabajando bajo la administración del Alcalde Richard M. Daley por más de catorce años, sirviendo como gerente de servicios al cliente en el Puesto de Información. “Aunque trabajé en el Ayuntamiento de la Ciudad, tuve la oportunidad de establecer relaciones con todos los concejales, con nuestro anterior Alcalde… tuve la oportunidad de crear un programa en el que llevaba a todos los estudiantes de secundaria al Ayuntamiento de la Ciudad, para presentarles el funcionamiento interno del edificio. Disfruté cada minuto de ello”. Además de su tiempo en el Ayuntamiento, Sallas fue presidente de Hispanic American Labor Council y fungió como miembro del Concilio de Asesoría Hispano para la ex Procuradora Estatal Anita Alvarez e incluso arrojó su sombrero a la arena de la política, corriendo para Concejal de La Villita.
Aunque su visión de representar a La Villita de forma oficial no alcanzó su fruto, Sallas compartió su más grande logro en su papel de presidente del Concilio Comunitario de La Villita. “mientras trabajé en el Ayuntamiento aprendí de todos los programas que los funcionarios electos pudieron desarrollar, aprendí como se organizaban y con quien hablar… llevé todo lo aprendido a La Villita”, dijo Sallas. “A través del concilio comunitario pudimos ofrecer consejería legal gratuita, talleres gratuitos de eliminación de antecedentes penales, desarrollamos un club de personas mayores, ofrecimos seminarios de salud gratis, presentamos ferias de colegio y trabajo y ofrecimos ferias de regreso a la escuela. Nada me alegraba más que ver la vida de los residentes de La Villita cambiar para mejor”. Actualmente, Sallas no tiene intención de bajar el ritmo, ya que está en proceso de escribir su autobiografía. “Solo espero que la gente se inspire a través de mis historias, que se inspire lo suficiente para hacer la diferencia”.