Cada año, millones de estadounidenses son víctimas de violencia en el trabajo. El primer paso para prevenir la violencia en el trabajo es reconocer las señales de estrés. El próximo paso es garantizar que los empleadores tienen un plan para responder en caso de violencia en el trabajo. La Administración de Salud y Seguridad Ocupacional de E.U. (OSHA) define la violencia en el trabajo como “cualquier acto de amenaza de violencia física, acoso, intimidación u otro comportamiento amenazador que ocurra en el lugar de trabajo”. El cuidado de salud está entre los campos más comunes de violencia en el trabajo, junto con el de proveedores de servicios, como conductores de entregas y transporte. Los trabajadores minoristas también se encuentran entre los más atacados. OSHA clasifica la violencia en el trabajo en cuatro categorías, intento criminal, cliente-cliente, trabajador-contra-trabajador, y relaciones personales. Otras precauciones que deben tenerse en consideración incluyen:
• Brindar educación de seguridad a los empleados para que ellos sepan que conducta no es aceptable, que deben hacer si son testigos o experimentan tal conducta y como protegerse a si mismos.
• Asegurar el área de trabajo. Revisar las cámaras, alumbrado apropiado, entrada de llave o credencial y los guardias que pueden ayudar a aliviar la posible violencia en el trabajo.
• Aconsejar a los empleados a alertar a sus supervisores de cualquier problema que tengan con un comportamiento errático de sus compañeros, potencialmente peligroso, así como cualquier otro problema de seguridad que crean puede conducir a violencia en el trabajo.
• Proporcionar un sistema de compañeros o un servicio de acompañamiento para los empleados que lo necesiten en situaciones potencialmente peligrosas o por la noche. Para más información, visite www.osha.gov.