La gente que experimenta falta de vivienda es probable que tenga una esperanza de vida considerablemente reducida y es más probable que sea víctima de un asalto violento u homicidio, de acuerdo a un reporte preparado para el Departamento de Salud Pública de Illinois (IDPH) por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Illinois Chicago (UIC). El “Informe de morbilidad y mortalidad por falta de vivienda en Illinois 2017-2011” es solo el segundo informe sobre la mortalidad de personas sin hogar realizado por un gobierno estatal, después del Informe de Mortalidad por Falta de vVvienda de Minnesota de 2023. El informe, que se basa en registros hospitalarios y certificados de defunción de todo el estado, se desarrolló como parte de un esfuerzo continuo de varias agencias por parte del gobierno del estado de Illinois para promover el acceso y la estabilidad de la vivienda en todo el estado. Este esfuerzo es conducido por la Oficina para Prevenir y Terminar la Falta de Vivienda (OPEH), que trabaja con IDPH y otras agencias estatales a través del Grupo Especial de la Inter-agencia de Illinois sobre el Desamparo, para profundizar estrategias para prevenir y terminar el desamparo. El informe destaca el alcance de los problemas de salud que afectan de manera desproporcionada a las personas sin hogar y la necesidad de aumentar las intervenciones destinadas a promover la salud. Entre las conclusiones del informe se incluyen las siguientes:
• Por el período de tiempo cubierto en el reporte, la edad promedio al momento de muerte fue de cerca de 20 años más joven para la gente que tenía falta de vivienda (PEH) que la población en general, 56.3 contra 74.2 años.
• Ha habido un aumento general de 36.6 por ciento en muertes de personas que experimentan falta de vivienda desde el principio de la pandemia del COVID, mientras que ha habido solo un 6.1 por ciento de aumento en muertes de la población en general en el mismo período de tiempo, después de tener en cuenta las tres olas de COVID en ambos grupos.
• El aumento en muertes desde el principio de la pandemia del COVID parece ser en parte por un aumento en sobredosis relacionadas con las drogas (proorción de muertes pre-vs post- COVID; 27.1 porciento vs 33.2 por ciento).
• Las personas con EPH corrían un mayor riesgo de ser agredidas y tenían casi tres veces más probabilidades de morir por homicidio que la población general, un 2,9 por ciento en comparación con un 1 por ciento.