Por Ashmar Mandou
El 1er. día de su segundo término, el Presidente electo Donald Trump jura que terminará con la ciudadanía por derecho de nacimiento, sin embargo, muchos afirman que puede resultar complicado debido a lo que dice la 14.ª Enmienda. La ciudadanía por derecho de nacimiento significa que cualquier persona nacida en los Estados Unidos se convierte automáticamente en ciudadano estadounidense. Está vigente desde hace décadas y se aplica a los hijos de alguien que se encuentra en el país ilegalmente o en los EE. UU. con una visa de turista o de estudiante que planea regresar a su país de origen.
“Seamos claros: Trump está planteando la cuestión de quién puede ser estadounidense en nuestra nación. Y dado que los inmigrantes de hoy son de África, Asia, el Caribe y América Latina, está claro que está cuestionando quiénes son las personas “adecuadas” para beneficiarse de la ciudadanía por derecho de nacimiento. Cuestionar la ciudadanía por derecho de nacimiento es antiamericano, y eliminarla mediante una acción ejecutiva es inconstitucional. Donald Trump lo sabe. Pero envalentonado por una Corte Suprema que usaría su poder para defender la supremacía blanca en lugar de la constitución de nuestra nación, Trump está en una misión para debilitar el alma misma de nuestra nación”, dijo la congresista Delia C. Ramírez.
La 14ª. Enmienda fue ratificada después dela Guerra Civil para garantizar la ciudadanía de E.U. para los recién liberados esclavos negros. Más tarde se utilizó para garantizar la ciudadanía a todos los bebés nacidos en suelo estadounidense después de impugnaciones judiciales. Las cláusulas de la ciudadanía de la 14ª. enmienda declara:” Toda persona nacida o naturalizada en Estados Unidos y sujeto a la jurisdicción, es ciudadano de Estados Unidos y del Estado donde reside”. La segunda frase contiene dos de las más importantes cláusulas de la Constitución, las cláusulas del debido proceso y protección equitativa. Se aplica a todos en E.U., no solo a los ciudadanos: “Ningún Estado promulgará ni aplicará ley alguna que restrinja los privilegios o inmunidades de los ciudadanos de los Estados Unidos; ni ningún Estado privará a ninguna persona de la vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso legal, ni negará a ninguna persona dentro de su jurisdicción la igual protección de las leyes”.
“Dadme a vuestros cansados, a vuestros pobres, a vuestras masas apiñadas que anhelan respirar en libertad”. Es importante recordar quiénes somos, de dónde venimos muchos de nosotros y por qué muchas de nuestras familias viajaron hasta aquí para ser recibidas por la Madre de los Exiliados, la Estatua de la Libertad. La historia de nuestra nación no estaría completa sin la dulzura, las lágrimas, la alegría, los sueños y las esperanzas de tantos hijos de inmigrantes que son ciudadanos por derecho de nacimiento y se enorgullecen de ser estadounidenses. Yo – como muchos hijos e hijas de inmigrantes y primera generación estadounidenses – “Creemos en una tierra de libertad, oportunidades e igualdad y luchamos por ella. Para vivir de acuerdo con esa promesa, debemos oponernos al nacionalismo blanco, especialmente cuando se lo promueve en los niveles más altos del gobierno”. La congresista Ramírez, junto con el Caucus Latino y organizaciones como la Coalición de Illinois por los Derechos de los Inmigrantes y los Refugiados, se comprometen a proteger a la comunidad inmigrante latina.