Por Sindy M. Benavides, CEO de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC)
Editado por Lawndale Bilingual News
Cada vez que escuchamos las noticias o revisamos nuestros teléfonos celulares parece que solo hay malas noticias en todas partes y todo el tiempo. Con todo el que hablas habla del estado actual del mundo y el panorama últimamente ha estado muy sombrío. Ya sea la nueva variante del COVID-19, la guerra, la violencia en nuestro propio país, la polarización del discurso político, la inflación y los precios de la gasolina, o el temor de una recesión, para muchos latinos mayores puede parecer que el cielo se está cayendo.
Es por eso que LULAC (League of United Latin American Citizens) aprecia los esfuerzos de patrocinadores como AARP, la organización no partisana y no lucrativa más grande de la nación dedicada a empoderar a los estadounidenses de 50 años y más para que escojan como quieren vivir al envejecer, para llegar a audiencias latinas mayores sobre recursos de salud mental.
Mientras más consumimos las malas noticias y nos deslizamos por una espiral negativa – apodado “doomscrolling” por los expertos – mayor el impulso de consumir y más difícil de resistir. Los expertos están de acuerdo en que como humanos estamos programados para anticiparnos al peligro, explicando el patrón de monitoreo frecuente. Sin embargo leer malas noticias todo el día puede afectar gravemente la salud mental. Estudios han ligado el consumo de malas noticia a un aumento en angustia, ansiedad y depresión.
Además de las noticias negativas que pueden ocasionar una inquietud emocional, un estudio reciente de AARP publicado en junio del 2022 muestra que cerca de 2 de cada 3 mujeres de 50 años o más dicen que regularmente son discriminadas y esas experiencias parecen estar afectando también su salud mental.
Las necesidades de salud mental de los adultos mayores en la comunidad latina a menudo no son obvias, independientemente de si la raíz de su malestar emocional proviene de eventos externos o de razones internas. Por ejemplo, la depresión es una de las enfermedades mentales más comunes, que afecta al 6,7 por ciento (más de 16 millones) de adultos estadounidenses cada año, pero es una de las enfermedades más difíciles de identificar.
De acuerdo a AARP, entre los síntomas de depresión hay cambios en los niveles de energía; irritabilidad o enojo; pérdida de interés en actividades que antes disfrutabas, dificultad para dormir o dormir más de lo acostumbrado; comer más o menos que de costumbre; y pensamientos de muerte o suicidio.
AARP ofrece ocho simples hábitos para hacerlo más feliz, que son gratis o no costosos. Mientras salimos de los peores días de la pandemia – cuando todos sufrimos de aislamiento social, temor de enfermarnos o inclusive de morirnos, y las constantes noticias de altas hospitalizaciones e índice de muertes – implementar acciones simples en tu rutina diaria, como saludar el amanecer, salir y dibujar algo, caminar por el bosque o practicar la atención plena, son algunas formas de sentirte mejor, si las haces con frecuencia.
Dejar el teléfono a ratos no significa que los estadounidenses no deben estar informados sobre eventos actuales, De hecho, LULAC cree que ser un miembro activo y contribuyente de la sociedad significa estar informado y participar en los problemas y causas que apasionan a nuestros seres queridos. Sin embargo, el cambio a noticias digitales con alertas en nuestros teléfonos celulares constantemente informándonos los eventos mundiales, sin importar lo que estemos haciendo, no es saludable a largo plazo.
Aprender a aceptar lo que está fuera de nuestro control y reenfocar nuestra atención en factores que podamos manejar, como cuidar de nosotros mismos manteniendo hábitos saludables, contribuirá en gran medida a garantizar que tengamos el ancho de banda emocional para defender lo que más nos importa.