Por: Ashmar Mandou
Una manifestación de apoyo envolvió a las madres Asunción Torres y Cecilia García el lunes en la noche cuando realizaban una vigilia con candelas en la esquina de la 26 y Pulaski en memoria de sus hijos Fabián Torres y Joaquín García, quienes fueron asesinados el viernes pasado en Lake Shore Drive.
“Yo quiero justicia” gritaba Asunción Torres a un grupo de reporteros. “Yo ni siquiera he visto las fotos de mi hija. No he vista a los restos del choque. No quiero ni pensar en los que les pasó. Yo quiero justicia.”
Fabián Torres, de 27 años y Joaquín García de 25 murieron en un accidente automovilístico el viernes pasado cuando el oficial de policía de North Chicago Terrell Garret chocó sus vehículo circulando en Lake Shore Drive en vía contraria. Cuando lo entrevistó la policía, Garret admitió haber bebido licor más temprano esa noche con unos amigos por ser su cumpleaños 35. De acuerdo a reportes, el contenido de alcohol de Garrett era más de dos veces el límite legal.
Garret fue acusado el sábado con dos acusaciones de DUI agravado y dos acusaciones de homicidio culposo. El Domingo, el juez del Condado de Cook James Brown le impuso un bono de $500,000 y ordenó que Garret fuera monitoreado electrónicamente durante el juicio, lo cual enojó a las familias de las víctimas quienes acusaron al Juez Brown y al departamento de policía de discriminar y ser blandos
“Si yo hubiera hecho esto o si lo hubiera hecho (señalando a García), si lo hubiera hecho cualquiera en nuestra comunidad, estaría encarcelados y no con arresto domiciliario. Esto está mal” dijo Torres. Garret ha sido policía de North Chicago desde 2008. Desde el fatal accidente el viernes, el Jefe de Policía de North Chicago James Jackson ha puesto a Garret en suspensión administrativa. “Él (Garrett) se puede ir a casa con su hija. Se puede ir a casa con su familia, pero mi hijo nunca vendrá a casa. Nunca va a pasar por esa puerta,” dijo García. “Estoy ofendida, en lugar de planear la fiesta de graduación de mi hijo, ahora tengo que planear su funeral.” El hijo de García, Joaquín estaba por graduarse del Colegio Malcolm X en el programa de técnico quirúrgico. El hijo de Torres, Fabián era estudiante de primer grado en la Universidad de De Paul.
Ambas madres estaban enojadas por el hecho de que Garret haya recibido una fianza alegando que los oficiales no debieran de estar por encima de la ley o que les dieran tratamiento especial. “No es justo que todos digan que esto está bien”, dijo Torres. No es justo que el Fiscal del Estado esté diciendo que esto está bien. Nadie de la municipalidad o del estado nos ha llamado para ver cómo estamos. En su lugar me han hostigado a mí y a la Sra. García. Nos han insultado y estamos aquí para decir que es suficiente. Queremos que se le deduzca su responsabilidad al Oficial Garrett.
También en la vigilia estaban los hermanos de Joaquín García que expresaron tristeza por la pérdida de su hermano. “Es importante que hagamos esta vigilia para mostrar el dolor que esta comunidad siente sobre la pérdida de estas personas que tenía metas, que tenían sueños,” dijo Cecilia García, hermana de Joaquín García. “es muy triste que mi hijo nunca vaya a conocer a su tío por el acto sin sentido de Garrett. Es muy triste, Yo nunca veré a mi hermano.”
Con letreros que decía “Feliz Cumpleaños Asesino” y “queremos justicia”, Torres y García, que nunca se había visto antes de la audiencia de fianza el domingo, trataron de buscar justicia para sus hijos. “Estoy preparada para luchar. Yo seré esa abogada porque las cosas tienen que cambiar,” dijo Torres. Cuando se le preguntó qué mensaje tenía para Garrett, García simplemente dijo, “se llevó a mi hijo. Ese hombre no se merece mis palabras.