Los adolescentes que no duermen bien hacen malas elecciones de comida, dice un nuevo estudio.
“Los adolescentes con sueño regularmente no solo comen más alimentos dañinos, también comen menos alimentos buenos para ellos”, dice en un comunicado de prensa, Lauren Hale, líder de estudios y profesora asociada de medicina preventiva de la Escuela de Medicina de la Universidad Stony Brook. “Aunque ya sabemos que la duración del sueño se asocia a una gran variedad de problemas de salud, este estudio habla de algunos de los mecanismos, ej., nutrición y tomar decisiones, con lo que se afecta la salud”, explica.
Los autores del estudio examinaron los datos recolectados de entrevistas con más de 13,000 adolescentes a nivel nacional en 1996. El 18 por ciento de los adolescentes que dijeron que dormían menos de siete horas por la noche tenían más tendencia a comer comida rápida dos o más veces a la semana y comían menos comida saludable, como frutas y vegetales. Los adolescentes que descansaban bien tendían a comer más saludable, de acuerdo al estudio presentado recientemente en la reunión anual de alternativas de comida saludable, de acuerdo al estudio presentado recientemente en la junta anual de Associated Professional Sleep Societies en Baltimore. Las investigaciones presentadas en las juntas médicas deben verse como preliminares hasta que sean publicadas en un diario revisado por los compañeros.
“Estamos interesados en la asociación entre la duración del sueño y las alternativas de comida en los adolescentes porque la adolescencia es un período de desarrollo crítico entre la niñez y la edad adulta”, dijo en el comunicado de prensa la autora del primer estudio, Allison Kruger, trabajadora de salud comunitaria en el Hospital de la Universidad de Stony Brook. “Los adolescentes tienen bastante control sobre sus alimentos y el sueño y los hábitos que se forman en la adolescencia pueden impactar fuertemente sus hábitos de adultos”. Uno de los pasos siguientes en la investigación es determinar si la asociación entre la duración del sueño y las alternativas de alimentos es casual, dice Hale.
“Si determinamos que hay un vínculo casual entre una corta duración del sueño y la mala alimentación, necesitamos empezar a pensar como incorporar activamente la educación de la higiene del sueño en la prevención de la obesidad y las intervenciones de promoción de salud”, dijo.
La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los adolescentes duerman entre nueve y 10 horas por la noche.