Cada día más latinos son diagnosticados con diabetes y luchan con fallas renales. Cuando los riñones dejan de funcionar, las consecuencias son devastadoras y la falta de tratamiento o un transplante de órgano puede conducir a la muerte. Hay más de 800 latinos en el Estado de Illinois que actualmente sufren con esta condición médica, que luchan por sobrevivir mientras esperan un donante de órgano que pueda salvar sus vidas.
Este es el caso de la familia Rivera, cuya vida dio un inesperado giro cuando los doctores anunciaron que Anthony, de solo siete años de edad, sufría una falla renal. Josefina Rivera, madre de Anthony, comenzó a notar que su hijo estaba fatigado, tenía los ojos hinchados y no quería salir a jugar. Inmediatamente lo llevó al pediatra donde le hicieron los exámenes necesarios y le dijeron que tenía una enfermedad renal. La familia inmediatamente cambió sus actividades y concentraron toda su atención en Anthony.
De acuerdo al Dr. Ricardo Superina, Director de Transplantes de Riñón en Lurie Children’s Hospital, “en el caso de los niños preferimos hacer una diálisis peritoneal porque puede hacerse en casa mientras duermen”. Sin embargo, el Dr. Superina dijo que en este caso, (Anthony) debe visitar el hospital o un centro de diálisis tres o cuatro veces a la semana, lo que puede ser difícil para los padres que viven lejos y para el niño que debe dejar de asistir a la escuela”.
La enfermedad de Anthony ha progresado al punto de que su maestro debe darle las clases en casa porque el tratamiento de diálisis lo obliga a cambiar el salón de clases por el hospital. Josefina explicó que su hijo recibe diálisis todos los lunes, miércoles y viernes. “Uno encuentra mucha gente que cree que no pueden registrarse como donantes porque tienen diabetes o cualquier otra enfermedad y esto no es cierto”, explica Raiza Mandoza, Administradora de Asuntos Hispanos de Gift of Hope. “Todos deberíamos registrarnos y dejar a los doctores determinar que puede donarse cuando llegue el momento”, concluyó Mendoza.