Llaman de la escuela diciendo que un niño tiene problemas. Tal vez fue una ofensa menor y el estudiante simplemente tiene que presentarse en la oficina. Pero tal vez en un futuro próximo sea una suspensión o una expulsión, haciendo que los padres se pregunten si habrían podido hacer algo antes de que la situación llegara a tanto.
Antes de que los padres se preocupen tanto, deben recordar que la disciplina del estudiante no es siempre clara, dice Renae Azziz, fundadora y directora de Virtuoso Education Consulting (www.virtuosoed.com), que ofrece entrenamiento profesional de desarrollo a maestros y líderes del distrito escolar. Azziz ofrece unos cuantos consejos para ayudar a los padres a entender las expectaciones de la escuela.
Edúquese a si mismo. Los padres deben leer el folleto de disciplina de la escuela y familiarizarse con que se espera del comportamiento de su hijo en la escuela. De esa forma los padres entenderán claramente las reglas y pueden discutirlas con su hijo. Los folletos detallan toda clase de información, como en que consiste el acoso o como una ausencia sin excusa afecta la participación en actividades extracurriculares. “Conocer y hablar sobre las reglas puede evitarle problemas”, dice Azziz.
Refuerzo positivo en casa. Los padres pueden establecer formas positivas para reconocer que su hijo hace lo correcto en casa y que se conecta con las expectativas de comportamiento en la escuela. Los niños usualmente responden mejor al refuerzo positivo que al refuerzo negativo, por lo tanto felicítelo en casa por su buen comportamiento que puede traducirse en un buen comportamiento en el salón de clase.
Aprenda las reglas cara a cara. A principio del año escolar, los padres deben reunirse con el maestro y el director de su hijo para definir y clarificar lo que esperan de su comportamiento y discutir como se comunicarán unos con otros. Muchas veces, el e-mail es una buena forma de comunicarse con los maestros porque pueden leer y responder a la correspondencia después que termina la clase del día. Pero pregunte que prefiere el maestro. Una buena comunicación puede ayudar a los padres y al maestro a trabajar juntos para asegurarse que entienden lo que esperan del comportamiento de su hijo y lo cumplen.
Defendiendo al niño. Un padre debe ser el abogado del niño. “Después de todo, si usted no está del lado de su hijo, ¿Quién va a estarlo? Pregunta. Pero eso no significa que va a tomar la actitud de: Mi hijo siempre tiene la razón. “Necesita ser justa”, dice Azziz.