Por: Sylvia Mathews Burwell
Secretary of Health & Human Services (HHS)
¿Se mantiene sano?
Cuando oímos esto, la mayoría de nosotros piensa en visitas anuales al médico, cuantas frutas y vegetales comemos o si hacemos suficiente ejercicio durante el día. Pero hay algo muy importante que no podemos olvidar: Nuestras almohadas. Cuando se trata de nuestra salud, los hábitos del sueño pueden ser tan importantes como la dieta y el ejercicio.
Gracias a investigaciones de científicos de todo el mundo, incluyendo nuestros colegas en los Institutos Nacionales de Salud, estamos aprendiendo lo importante que puede ser una noche de descanso. Aunque nuevas investigaciones han empezado a cuestionar cuan diferentes son nuestros patrones de sueño de hoy y los de las sociedades anteriores, el aviso de la comunidad de salud pública y expertos en sueño creen aún fuertemente que un mejor sueño significa una mejor salud.
Usted probablemente pasa cerca de una tercera parte de toda su vida durmiendo. Y aunque alguna gente pensaba que este tiempo se pasaba con una mente tranquila y un cuerpo descansado, la verdad es que su cuerpo trabaja durante esas horas. Mientras usted duerme, su cerebro forma vías neurales que nos ayudan a aprender, a crear recuerdos y a desarrollar nuevas ideas. Y su cuerpo fija un patrón para la liberación de hormonas, esenciales para la forma en que usa la energía y para protegerlo contra infecciones.
Desafortunadamente, justo cuando aprendemos más sobre el papel que desempeña el sueño en nuestra salud nos damos cuenta que no estamos durmiendo lo suficiente. Más de una tercera parte de los adultos reporta somnolencia diurna durante 15 días o más cada mes, lo que interfiere con el trabajo, al conducir y al pasar tiempo con amigos o familiares.
Muy poco sueño es extremadamente costoso. La pérdida crónica de sueño o desórdenes del sueño afectan a tantos como 70 millones de estadounidenses, lo que cuesta a nuestro sistema de salud un estimado de $15.9 mil millones cada año y la reducción de productividad de la economía.
En usted personalmente, la falta de sueño puede interferir con su desempeño, su carácter y su salud. Puede disminuir su tiempo de reacción y nublar su pensamiento, inclusive si reduce el sueño por una sola hora. También sabemos que las personas que crónicamente duermen mal tienen un riesgo más alto de sufrir depresión. Y los investigadores han relacionado el dormir menos con un riesgo más alto de alta presión arterial, ataques cardíacos y otras condiciones médicas. Inclusive ha demostrado hacer menos efectivas las vacunas contra la influenza.
No dormir lo suficiente puede ser especialmente perjudicial para los niños. Usualmente tienen diferente necesidad de sueño que los adultos, dependiendo de su edad. El sueño ayuda al cuerpo a producir valiosas hormonas que ayudan a los niños a crecer, a desarrollar masa muscular, a combatir las infecciones y a reparar las células. Mientras menos duermen los niños más probable es que tengan sobrepeso, que desarrollen diabetes o que coman más alimentos con altos niveles de carbohidratos o calorías. Así que, empezando esta noche, siga algunas de las cosas que debe o no debe hacer para que duerma lo suficiente para sentirse refrescado y descansado.
QUE HACER:
Conserve un programa de sueño consistente
Relájese antes de ir a la cama.
Establezca un ambiente para dormir bien dejando fuera del dormitorio los ruidos, las luces, las TVs o las computadoras.
QUE NO DEBE HACER
Beber cafeína, alcohol y mucha comida o bebida antes de ir a la cama
Tomar una siesta después de las 3 p.m.
Si aún encuentra difícil conciliar una noche de sueño, hable con su doctor. Y lea la información disponible en el Instituto Nacional del Corazón, el Pulmón y la Sangre en el Instituto Nacional de la Salud en www.nhlbi.nih.gov. Puede encontrar volantes informativos en español e inglés e inclusive llenar un cuestionario sobre su IQ del sueño! No lo haga antes de ir a la cama. ¡Dulces Sueños, América!