Una mujer de Gary, Ind., de 66 años de edad, se convirtió en la primera persona del país en recibir una innovadora bomba cardíaca mecánica, la más pequeña y ligera de su clase. El 16 de febrero, los doctores de Medicina de la Universidad de Chicago le implantaron a Dorothy Duncan un dispositivo de ayuda ventricular izquierda ‘HeartAssist5’, diminuta bomba eléctrica que mejora la circulación cuando el ventrículo izquierdo del corazón ya no puede funcionar. La bomba LVAD tiene 2.7 pulgadas de largo y 1.2 pulgadas de ancho y pesa 3.2 onzas. La siguiente bomba LVAD más pequeña, comúnmente usada, pesa 5.1 y 9.9 onzas.
Duncan es la participante inicial en una prueba clínica nacional diseñada para recolectar datos en forma segura y efectiva. La prueba, que se espera siga durante el 2016, es conducida por ReliantHeart Inc., con base en Houston, fabricante del dispositivo HeartAssist5. Duncan sufre de insuficiencia cardíaca terminal. Antes de la cirugía, tenía menos del 25 por ciento de probabilidades de sobrevivir el año próximo”, dijo su cardiólogo Nir Uriel, MD, director de fallos cardíacos, transplantes y apoyo circulatorio mecánico en la Universidad de Chicago. “Con el apoyo de un dispositivo mecánico su probabilidad de supervivencia el año próximo es del 90 por ciento. Esperamos que esto la conduzca con éxito al transplante”.
“Antes de la cirugía me faltaba la respiración con solo caminar hacia el baño”, reportó Duncan tres semanas después de la cirugía. “Ahora puedo caminar bastante bien. Me siente mucho mejor”. Aproximadamente 6 millones de personas en Estados Unidos sufren de fallas cardíacas, causa principal de hospitalización en personas mayores de 65 años y se calcula que 550,000 nuevos casos de fallas cardíacas son diagnosticados cada año. Cerca de la mitad de pacientes de fallas cardíacas mueren dentro de los cinco años del diagnóstico. Con una lista de espera para transplantes del corazón de cerca de 3,500 y menos de 2,500 corazones donados al año se necesitan dispositivos que puedan servir de puente entre la falla cardíaca y el transplante necesitado.
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Izq. Los cardiólogos de UChicago Nir Uriel, MD (derecha) y Gabriel Sayer, MD (Izq) determinan un caudal de flujo óptimo en Duncan y lo programan en el dispositivo en un laboratorio de caterización cardíaca.