Por: Ashmar Mandou
Para Judith Rae-Ross, profesora de DePaul, manejar la diabetes por más de 20 años resultó difícil en la mayoría de días mientras luchaba para estar bien mientras daba clases. “Me recuerdo que les preguntaba a mis estudiantes algo un día y luego sentía que el suelo debajo de mí se movía y mi cabeza se sentía ligera”, dice Rae. “Me diagnosticaron con diabetes tipo 1 a finales de los 70s y me involucré en todas las maneras para vivir una vida sana con diabetes desde entonces. He comido las cosas adecuadas, he hecho ejercicio cuando he podido, me he mantenido al día con mis medicinas y de alguna manera nada parecía que funcionara para mí. Se volvió un desafía vivir como diabética.”
La diabetes tipo 1 es responsable por de cinco a diez de cada 100 personas que tienen diabetes. En la diabetes tipo 1, el sistema inmunológico del cuerpo destruye las células que producen insulina, al final eliminando la producción de insulina por el cuerpo. Sin insulina, las células no puede absorber el azúcar (glucosa), la cual las células necesitan para producir energía. “Yo necesito encontrar una alternativa porque vivir con diabetes se me ha estaba volviendo cada vez más difícil,” dice Rae. Por suerte para Rae, se encontró con un volante en el trabajo que hablaba acerca de un programa relativamente nuevo que le cambiaría la vida hacia lo mejor. “Hace seis años, yo encontré este volante pegado en la tabla de boletines acerca de un programa llamado Proyecto de Diabetes de Chicago y los llamé inmediatamente”, dijo RAE, donde ella rápidamente empezó una nueva ruta con el Dr. José Oberholzer, Fundador y Director del Proyecto de Diabetes de Chicago.
El Proyecto de Diabetes de Chicago, basado en Chicago en el Hospital y Servicios de Salud de la Universidad de Illinois, es un grupo de científicos, investigadores, médicos y cirujanos que atraviesan el mundo cuya misión es curar la diabetes. “Es emocionante ver los pasos que los científicos han dado, hasta la fecha cuando se trata de la diabetes, pero estamos a un largo caminos de encontrar la cura,” dice el Dr. Oberholzer, quien trabajo de cerca con Rae. “Con pacientes aprobados, los científicos trabajan para hacer trasplantes de células isletas una opción de tratamiento viable para personas con diabetes tipo 1. CDP se ha dedicado a crear una cura funcional para la diabetes basada en el trasplante de células inmunoprotegidas productoras de insulina sin la necesidad de una medicina de largo plazo,” dice el Dr. Oberholzer.
En 1985 había 30 millones de casos de diabetes, hoy esa cantidad ha aumentado a más de 170 millones y para el 2025, la diabetes es probable que afecte a 300 millones de personas en todo el mundo. “La necesidad de una cura funcional es crítica. Estamos haciendo trasplantes de células isleta en pacientes diabéticos tipo 1 como parte de las pruebas clínicas de la fase 3 que se llevan a cabo en el Consorcio Clínico de Trasplantes de Isletas. Estas pruebas van a llevarnos un paso más cercano a hacer de los trasplantes de células isletas un procedimiento médico estándar,” dice el Dr. Oberholzer. Sin embargo, el Dr. Oberholzer advierte que no todos los pacientes que buscan un cuidado alternativo están calificados. De acuerdo al Dr. Oberholzer, los posibles pacientes deber ser diagnosticados con diabetes tipo 1, deben estar en las edades entre 18 y 70 años, estar saludables y deben haber extinguido todas las otras opciones de medicina alternativa. “Esta prueba no es para alguien que no desea ponerse las inyecciones de insulina,” dice el Dr. Oberholzer. “Esta prueba es para alguien que ha terminado con todas sus opciones. Alguien ha probado de todo para vivir una visa saludable y normal.” El Dr. Oberholzer también dice que pueden haber muchos efectos secundarios. “Casi 80 por ciento de nuestros pacientes pueden eliminar las inyecciones de insulina de su rutina diaria, sin embargo, los efectos secundarios pueden incluir condiciones de la piel, un riesgo de desarrollar cáncer porque la diabetes tipo 1 afecta el sistema inmunológico, por eso las células están debilitadas y se vuelven más susceptibles de enfermedades.”
Para Rae vivir con diabetes es mucho más fácil. “Desde que estoy trabajando con el Proyecto de Diabetes de Chicago, hace seis años, me siento que he puesto en orden otra vez mi vida,” dice Rae. “He interrumpido completamente mis inyecciones de insulina. Con cualquier cosa en la vida, hay riesgos. Trabajar con el Proyecto de Diabetes de Chicago ha sido un riesgo para mí, pero no tenía otra opción en ese momento de mi vida. Tenía que ver cuál sería el resultado para mí y estoy feliz de haberlo hecho.
Si está interesado en saber más del Proyecto de Diabetes de Chicago visite www.chicagodiabetesproject.org. El Proyecto de Diabetes de Chicago está ubicado en el 840 S. Wood St., suite 502 M/C 958. También puede llamar, 312-413-3011.