Aunque 28 estados y el Distrito de Columbia prohibieron explícitamente el acto de disciplina física en las escuelas, el castigo corporal dificilmente es una reliquia del pasado. En el año escolar 2013-2014, más de 110,000 estudiantes fueron golpeados en el salón de clase, de acuerdo a los datos más recientes del gobierno federal. Ahora, la administración de Obama está dando los pasos necesarios para reducir esta cifra. El pasado noviembre, el Secretario de Educación de E.U., John King Jr., envió una carta a los gobernadores y funcionarios escolares estatales, pidiéndoles eliminar la práctica de sus escuelas. Actualmente, 15 estados tienen leyes que permiten expresamente el castigo corporal y siete estados más no tienen reglas que prohiban la práctica. La carta no ofrece guía legal, sino un razonamiento general para prohibir la disciplina física.
El castigo corporal “enseña a los estudiante que la fuerza física es un medio aceptable para resolver problemas, minando esfuerzos por promover técnicas no violentas para la resolución de conflictos”, dice la carta. “Los actos mismos de castigo corporal, permisibles cuando se aplican a los niños en las escuelas, bajo algunas leyes estatales, deberían prohibirse como asalto criminal o agresión cuando se aplica a los adultos en la comunidad en esos mismos estados”. Como se practica actualmente, el castigo corporal no impacta a todos los estudiantes por igual. Aunque los estudiantes negros solo sumaron el 16 por ciento de la población estudiantil, en el 2-13-1014, más de una tercera parte de estudiantes de escuelas públicas sujetos a castigo corporal fueron negros. Durante ese tiempo, las jóvenes negras fueron 2.9 veces más propensas a ser físicamente disciplinadas que las jóvenes blancas. Los estudiantes discapacitados enfrentan también un índice desproporcionado de castigo corporal. Sin embargo, la carta declara que las investigaciones simplemente no soportan la utilidad de estas prácticas. El castigo corporal simplemente no corrige el mal comportamiento y hace que el niño actúe con más agresividad. Además de los efectos físicos inmediatos del castigo corporal, la práctica puede causar daño a la salud mental a largo plazo, haciendo al niño más propenso a desarrollar desórdenes de ansiedad o dependencia a las drogas y el alcohol, muestran las investigaciones. La carta del departamento de educación llega un día después de que National Women’s Law Center expidiera su propia declaración a los legisladores, exhortándolos también a terminar con el castigo corporal. La carta del centro fue expedida a nombre de más de 60 organizaciones, incluyendo American Association of Child & Adolescent Psychiatry, American Psychological Association y NAACP.