¿Pueden las mujeres ser brillantes? Las niñas no están seguras.
Un estudio publicado el jueves en el diario Science, sugiere que las niñas, tan pequeñas como de 6 años, son propensas a pensar que los hombres son inherentemente más inteligentes y más talentosos que las mujeres, haciendo a las niñas menos motivadas a llevar a cabo nuevas actividades o carreras ambiciosas. No sorprende que existan tales estereotipos, pero los hallazgos muestran que estos prejuicios pueden afectar a los niños a muy corta edad. “Como sociedad, asociamos un alto nivel de intelectualidad con los varones, más que con las mujeres y nuestra investigación sugiere que esta asociación es adquirida por niños tan jóvenes como de 6 y 7 años”, dijo Andrei Cimpian, profesor asociado en el departamento de psicología de la Universidad de Nueva York. Cimpian, es coautor del estudio que examinó a 400 niños de 5-7 años.
En la primera parte del estudio, se contó a niños y niñas una historia sobre una persona “muy, muy inteligente”, la idea de brillante para un niño y luego se le preguntó que identificara a esa persona entre las fotos de dos mujeres y dos hombres. La gente en las fotos estaba vestida profesionalmente, se veían de la misma edad y parecían igualmente felices. A los cinco años, tanto niños como niñas tendieron a asociar brillante con su propio género, lo que quiere decir que la mayoría de las niñas escogió a las mujeres y la mayoría de niños a los hombres. Pero al ir creciendo y comenzar a asistir a la escuela, los niños aparentemente comenzaron a apoyar estereotipos de género. A los 6 y 7 años, las niñas “eran considerablemente menos probable” que escogieran a las mujeres. Los resultados fueron similares cuando se mostró a los niños fotos de niños. Lo interesante es que cuando se les pidió que seleccionaran niños que funcionaban bien en la escuela, lo contrario a ser brillantes, las niñas tendieron a escoger niñas, lo que significa que su percepción de brillante no se basa en el desempeño académico. En la segunda parte del estudio, se presentó a los niños dos nuevos juegos de mesa, uno descrito como una actividad “para niños que muy, muy inteligentes” y el otro “para niños que verdaderamente lo intentan”. Las niñas y niños de cinco años por igual quisieron jugar el juego para niños inteligentes, pero los niños de 6 y 7 años todavía quisieron seguir jugando ese juego, mientras las niñas optaron por la otra activdad.l Como resultado, creyendo que no son tan inteligentes como los niños, las niñas tienden a acobardarse a pedir mayores campos y logros, lo que lleva a grandes diferencias en aspiraciones y alternativas de carreras entre hombres y mujeres. “Estos estereotipos desaniman a la mujer a seguir muchas prestigiosas carreras; esto es, la mujer está subrepresentada en campos cuyos miembros son brillantes”, escribieron los autores.