Como un estudiante de primer ingreso en el Prep del George Westinghouse College, Julisa Andino no distinguía el golf del bádminton. Pero ella sí sabía de la necesidad de ayudar a su familia financieramente y de iniciar un plan si tenía esperanzas de llegar a la universidad. Así, la residente de Humboldt Park siguió un consejo y revisó la beca Chick Evans, la cual paga la colegiatura y la habitación y alimentación de la universidad si se mantienen las calificaciones, se demuestra un gran carácter y trabaja como caddy de golf por al menos dos años.
Cuatro años más tarde, después de completar 200 circuitos como caddy en el Club de Golf de North Shore, Julissa va a irse a la universidad de Illinois en Urbana dentro de algunas semanas. La Beca Evans va a pagar su colegiatura, su habitación y su alimentación. Su beca CHA va a pagar los libros y cualquier otra cosa que Andino pueda necesitar mientras se prepara para lo que ella describe como una experiencia de cambio de vida. Andino es una de 150 estudiantes que asistieron al 7º “Take Flight College Send-Off”de la CHA a las 11:45 a.m. el miércoles 2 de agosto en el tercer piso de las oficinas ejecutivas de CHA, 60 E. Van Buren. Habrá 60 escuelas representadas mientras que los estudiantes de la CHA se preparan para dejar sus casas y embarcarse en una vida universitaria, en representación, entre otros, estarán Ball State, Columbia, DePaul, Howard, El Instituto de Tecnología de Illinois, Indiana State y Monmouth. Se realiza gracias a las donaciones del CNA y será atendido por Springboard to Success, la asociada sin fines de lucro de CHA.
Andino espera graduarse como ingeniera civil y luego ir a una maestría. La parte más difícil será dejar a su papá, un ex albañil que quedó deshabilitado después de caer de un edificio hace 10 años. La lesión fue devastadora y estuvo sin hogar por un tiempo. Fue entonces que la CHA les dio una unidad en un sitio disperso en Humboldt Park. Su mamá, quien vive en Arkansas es una sobreviviente reciente de cáncer. “Yo nunca pensé ni en un millón de años que podría ir a la universidad,” dijo. “Será surreal el irse a vivir allí. Pero estoy contenta de que no me tengo que preocupar acerca de que mis padres tengan que reunir el dinero y contraer deudas para mi escuela. Mi mamá no me dijo de su cáncer de mama porque no quería preocuparme, ella quería que yo fuera exitosa. Todo lo que hice, lo hice por mi familia. Yo no voy a decepcionarlos. Espero que pueda hacer tan felices como ellos me han hecho a mí.”