Por: Ashmar Mandou
La adicción puede ser muy difícil de entender para quienes nunca la han experimentado. La experiencia de todos con la adición es única. La razón de todos para recurrir a las drogas o a la dependencia del alcohol varía. La experiencia de Héctor Ortega con la adicción se desarrolló en la secundaria, cuando se reunió con gente de comportamiento dudoso. “En la secundaria sentía que no valía nada, me sentía aislado, sin cariño… ese sentimiento de no sentirme digno estaba en mi cabeza”, dice Ortega.”Empecé a beber a la edad de 13 años, luego, lentamente, empecé a consumir drogas. Me presentaron la cocaína. El alcohol y la cocaína iban de la mano para mi. Mis amigos y yo estábamos siempre buscando sentirnos ‘high’ y me rodié con gente que me hacía sentir que yo era parte del grupo”.
Después de décadas de adicción, recaídas y experiencias con la falta de vivienda, Ortega describió ese período de su vida como borrosa y dañina. “Era como un cuerpo muerto en descomposición, dijo Ortega. “Quemé todas las naves. Alejé a los miembros de mi familia, a mis hermanas. Sabía que mi familia se estaba cansando de promesas no cumplidas, de las largas ausencias, de las mentiras… Esencialmente les quité la tranquilidad. “Tuve que aprender a ser responsable de mis propias acciones”. La hermana de Ortega, Claudia Uribe, fue la persona que jugó un papel clave en su vida. “Era difícil para nosotros, como familia, es lo que la mayoría de la gente no entiende sobre la adicción”, dijo Uribe. “La adicción afecta a toda la familia. Uno quiere estar ahí, pero no sabe cómo ayudar a una persona con el problema de la adicción, es una enfermedad. Todo lo que pudimos hacer como familia fue amar a Héctor incondicionalmente y estar ahí para él, aunque a veces era difícil y aterrador”.
La adicción de Ortega empeoró cuando su madre murió, pasándole factura a él y al resto de su familia. En el 2018, Ortega hizo acopio de su fuerza de voluntad para hacer un cambio. Descubrió a Gateway Foundation, una organización que ofrece programas de tratamientos especializados para atender las necesidades de poblaciones diversas. La Fundación trabaja con cada individuo para seleccionar el plan de tratamiento adecuado para ellos. “Cualquier persona que entra por nuestras puertas debe saber que está entrando en un espacio seguro y sin prejuicios”, dijo la Vicepresidente de Strategic Partnership and Engagement Teresa Garate, Ph,D. “Ofrecemos una variedad de planes de tratamiento, basados en evidencias, desde la sobriedad basada en la atención plena hasta la terapia de compromiso de aceptación, a la terapia familiar y a la terapia orientada hacia la música y el arte. Es vital para nosotros en Gateway Foundation que no solo atendamos la adicción, sino otras áreas de la vida de una persona que les lleva a la adicción. Nos aseguramos de tener la familia de nuestro lado, porque eso es parte de nuestro programa. Asegurarse que todos estamos en la misma página es la clave del éxito. En los últimos años, Ortega ha seguido sobrio con la ayuda de Gateway Foundation y la restauración del vínculo familiar. “Ha sido una maravilla ver a mi hermano camino a la recuperación. Vemos un brillo en su rostro, hay una paz en él que lo acompaña siempre.
“Estoy agradecido con mi familia porque no me abandonó durante mi adicción y me animaron a conseguir ayuda. Su gran amor me ayudó a ver que necesitaba ayuda, fue fuerte y emocional, dijo Ortega.” Quiero decir a todos los que viven con una adicción que le den una oportunidad a la vida, que pidan ayuda, que se miren en el espejo y vean que son dignos de amor”. Si desea más información sobre Gateway Foundation, visite www.gatewayfoundation.org.