Las personas que experimentan el desamparo (PEH) y que estuvieron en algo riesgo de contraer severo COVID-19 estuvieron 2.5 veces menos propensas a contraer el SARS-CoV-2 al haberles proporcionado un cuarto de hotel individual y apoyo médico y social, comparado con los índices de la ciudad de albergues para desamparados, de acuerdo a una nueva investigación de University of Chicago Medicine, Lawndale Christian Health Center y el Departamento de Salud Pública de Chicago (CDPH). Adicionalmente, PEH que participó en esta intervención de la vivienda, vio también mejoras en ciertas medidas de salud, como la presión arterial y más de la mitad de ellos se cambiaron a una vivienda a largo plazo después de la intervención. Los resultados fueron publicados el 13 de diciembre en JAMA Network Open. Inicialmente, el equipo no se propuso realizar un estudio de investigación; en cambio, su enfoque era simplemente minimizar el impacto de COVID-19 en una población extremadamente vulnerable.
La ciudad de Chicago ofreció un hotel completo – cerca de 200 cuartos – para la intervención, y los primeros ocupantes llegaron el 2 de abril del 2020. El equipo de cuidado de salud condujo exámenes en albergues para identificar que las personas de alto riesgo cumplían por lo menos con uno de los siguientes requisistos: tener por lo menos 60 años de edad o por lo menos 55 años de edad con alguna condición de salud subyacente, o menos de 55 años de edad con cualquiera condición de salud que se supiera aumenta considerablemente el riesgo de contraer el COVID-19 (ej: VIH/SIDA). A los que cumplían con los requisitos se les ofreció la opción de cambiarse, de un albergue, a un cuarto de hotel con amplios servicios de apoyo, donde podía estar tanto tiempo como lo necesitara, hasta la duración total, de cinco meses, de la intervención. Después de terminar la intervención en septiembre del 2020, los resultados eran claros: Dar a las personas que experimentaban desamparo, un cuarto de hotel individual y el cuidado necesario condujo a una dramática reducción del índice del COVID-19 y mejoras en otras medidas de salud, incluyendo presión arterial más baja y mejoras en el control glucémico. Así mismo, más de la mitad de las personas que pasaron el tiempo en el hotel regresaron a una vivienda más permanente.